Una imagen, la de una clase de danza donde las niñas se apoyan en la barra tratando de seguir las instrucciones de la maestra, sirve de punto de partida de este espectáculo en el que Rosario Toledo viaja por lo más profundo de sus sentimientos y de su relación con la danza.

Desde el clásico más ortodoxo hasta el flamenco más vanguardista, pasando por la escuela bolera o los bailes españoles de los siglos XVIII y XIX, la gaditana va recreando estampas que invitan a la fantasía, a la magia y a la risa, con el embrujo de la guitarra de Dani de Morón y la voz de David Palomar.

Sin duda, una lección con la que entender nuestra propia historia musical y dancística, a través de las figuras de mujeres como La Argentina, Carmen Amaya, Rosario ‘La Mejorana’ o ‘La Macarrona’. Eso sí, no haciéndolo como algo ajeno o exclusivo sino desde una visión cercana, familiar y amable. El arte y nuestro legado como la vida misma.